“Mi nombre es Paula, tengo 22 años y soy primera generación universitaria de mi familia. Estoy en instancia de tesina de la Licenciatura de Sociología en la UNSAM.
Fui por primera vez a la universidad para buscar información sobre la Lic. en artes escénicas con orientación en danza; bailaba desde los 10 años y me pareció bien profesionalizarme. En esos años vivía un momento de mucha exploración, cuestionamiento y descubrimiento personal. Recuerdo que leía textos sobre socialismo, feminismo y literatura sobre la vida moderna. Todo eso deconstruyó muchas ideas convencionales que tenía internalizadas como lo natural, lo normal por eso también rondaba en mi cabeza estudiar algo relativo a lo social. Así es como terminé inscribiendome en la Lic. en Sociología y a la vez, en Danza. En febrero empecé a cursar el CPU para ingresar a la carrera de sociología y nunca más hubo retorno ni arrepentimiento de esa elección.(…)
Les docentes fueron cercanos y comprensivos. Algo en lo que siempre hicieron hincapié -principalmente los primeros dos años- fue en animarnos a participar y formar parte de la universidad desde distintas actividades; círculos de estudio, prácticas profesionales, asistir a jornadas, charlas, el ciclo de cine, mesas debate, etc. El acompañamiento, la estimulación y motivación de lxs docentes por integrarnos a la comunidad unsam es uno de los trabajos que considero claves en mi trayectoria por la universidad, y estoy segura, en la de muchxs. Además el diseño de los edificios, las instalaciones, la biblioteca, el comedor estudiantil, las actividades y deportes que se ofrecen de forma gratuita a toda la comunidad son espacios de sociabilidad que nos construyen humanxs.
La universidad y su comunidad es enorme parte mi crecimiento personal y profesional y siento orgullo. Por eso, para mí es un hogar y vamos a luchar entre todxs por defender nuestra universidad y su excelencia académica.”
Paula Martinetti, estudiante de la Lic. en Sociología UNSAM.
Creada en 1992 bajo el concepto de establecimiento nacional, público y gratuito, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) es un enclave sumamente importante dentro del contexto municipal.
Al nacer con el objetivo de descentralizar la formación superior y abrir puertas a una población que anteriormente tenía vedado su ingreso a la universidad -arraigada en el mundo fabril-, la UNSAM se constituye en un actor fundamental.
También, posee un rol activo en las zonas marginadas del partido. La universidad funciona como un punto de articulación entre el mundo académico y estas zonas grises en las que se padece la ausencia del Estado.
Sin embargo, luego de una década de enormes avances en favor de la educación pública, desde el año 2015 que recibe embates cada vez mayores, económicos y simbólicos.
Este año, el conflicto por la paritaria docente y el presupuesto de las universidades, que lleva ya varios meses, presenta un gran retroceso en la enseñanza pública, que además, tiene de agravante la situación económica actual. En la comunidad UNSAM, ya se observaba la materialización de este desmejoramiento en el freno a las obras que se comenzaban a construir en el campus.
Resolución y ¡Resistencia!
El 2 de agosto, durante la quinta reunión ordinaria del Consejo Superior de la universidad, les representantes de las distintas unidades académicas (claustro docente, estudiantil y no docente) se ponen al corriente sobre medidas de reclamo y negociación por terrenos de la universidad que se venían llevando a cabo desde rectorado.
El 13 de agosto, por una maniobra inmobiliaria entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Estado Nacional, la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) emite la resolución N° 2018-3922661, que habilita la quita de terrenos (1,2 hectáreas) de la universidad en beneficio de la empresa agroexportadora Aceitera General Deheza (AGD). Terrenos que estaban destinados a proyectos de ampliación, entre ellos, una escuela técnica, viviendas económicas, campo de deportes y laboratorios de ciencia y tecnología.
Desde la reunión del Consejo hasta la sanción de la resolución, la noticia se difundió de boca en boca sin mayores repercusiones. Inclusive, después de la sanción, el tema no era de conocimiento y debate público. Sí lo era, en cambio, el contexto de ajuste y ataque discursivo y material a las 57 universidades públicas, que desde hacía meses no recibían del estado nacional las partidas de los gastos operativos y padecían el deterioro del presupuesto como consecuencia de las políticas económicas del gobierno de Cambiemos. El reclamo salarial docente, consigna que abanderaba el paro nacional, era el centro de atención de la comunidad UNSAM.
El jueves 16 de Agosto se realizó una asamblea en el CUSAM, donde comenzaron a confeccionarse los primeros carteles para el edificio de Sociales de la universidad. El martes 21 se llevaron adelante asambleas en las distintas unidades académicas (humanidades, artes, sociales y ciencia y tecnología), en ambos turnos, mañana y noche. A las 10 de la mañana del miércoles, participamos de una movilización hacia la sede de la Secretaría de Extensión de la UNSAM con sede en la peatonal Belgrano del municipio.
Ese mismo día -nueve después de sancionada la resolución- el rector emitió un comunicado titulado “Mensaje del Rectorado ante la pretensión de desafectar parte del Campus Miguelete”. Allí, Carlos Greco informó que el día anterior se había solicitado la suspensión de la medida para que se deje sin efecto la resolución.
El comunicado marcó un punto de quiebre: habilitó y potenció la difusión del conflicto en medios nacionales. Tiempo Argentino, Página12, La política online, Infobae, Diario Popular, C5N y numerosos medios zonales se hicieron eco y siguieron de cerca la problemática. El espacio alcanzado fue sorprendente teniendo en cuenta la nula visibilidad del paro docente antes de la marcha del 30 de Agosto.
El tema llegó a las asambleas que se venían realizando por el paro docente y se debatieron posibles repertorios de acción, como la toma de la universidad y el corte de la Avenida General Paz. Con una rotunda aprobación se terminó por aprobar el abrazo simbólico y colectivo a la UNSAM, junto al despliegue de una bandera a lo largo del puente que se encuentra en la intersección de la avenida General Paz y una posterior vigilia del campus.
El 28 de agosto las asambleas de las distintas unidades académicas confluyeron en este gran abrazo a la universidad. Se reunieron estudiantes, docentes, no docentes e investigadores de toda la universidad en el edificio Tornavías.
El intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, tuvo una participación destacada acompañando el reclamo de la UNSAM. Además de sus declaraciones en medios, asistió al abrazo a la universidad y firmó un decreto municipal oponiéndose a la resolución de la AABE. También, acompañaron el abrazo el diputado nacional Leonardo Grosso y el concejal de San Martín, Hernán Letcher.
Por su parte, el rectorado de la universidad, en su política de negociación, no participó del abrazo. Sin embargo, desde las redes sociales de la universidad se potenció el impacto de la iniciativa y el rector envió un comunicado manifestando su satisfacción por la medida al día siguiente.
Ranciere en el litigio UNSAM
De acuerdo con la obra “El desacuerdo. Política y filosofía” (1996) del autor francés Jacques Ranciere, los filósofos clásicos comprendieron a la justicia como la medida según la cual cada parte sólo toma lo que le corresponde.
En el caso del conflicto que compete a la UNSAM, el litigio establecido a partir del interrogante sobre el derecho al uso del territorio entre dos actores con lógicas completamente antagónicas produjo el desacuerdo.
Por un lado, nos encontramos con una concepción de carácter mercantilista, que privilegia lo “útil” por sobre lo público. Por otro, una dinámica comunal donde la lógica comunitaria es el punto de partida para el establecimiento de lo justo. Y es aquí donde, siguiendo la perspectiva de Ranciere, comienza a emerger la política como repartición de lo común.
Las asambleas, movilizaciones y comunicados, demostraron que la sinergia de los cuerpos rompe la imposición policial, es decir, interrumpe la distribución espacial que le es impuesta a los cuerpos en un acto de dominación. Habilita el terreno de lo político. Los cuerpos se desmarcan, irrumpen en el espacio público, se conectan entre sí y superan las barreras estratificadas. Nuestros cuerpos así reunidos conforman un colectivo con identidad propia. Una identidad inmanente.
Manifestamos el valor del uso de la palabra como estrategia frente a una imposición utilitarista que intentó estructurar nuestro espacio de circulación, tanto de forma material como simbólica. Se rompieron, de esta manera, las configuraciones existentes respecto a quiénes les pertenece cada parte. Como objetará Ranciere, la actividad política hace surgir lo que no tenía razón de ser visto ni escuchado, es decir, la visibilización de intereses que se encontraban velados.
Larga marcha por la educación pública
El 30 de agosto, dos meses después de las polémicas declaraciones de María Eugenia Vidal, Argentina contaba con 57 universidades sumidas en un deterioro económico que se sigue profundizando con el correr del tiempo. Luego de cuatro semanas de paro docente, se organiza un movimiento federal y multitudinario de estudiantes, docentes y no docentes que terminan por aglutinarse en las puertas del Congreso de la Nación para marchar hacia Plaza de Mayo. Marcha que se inscribe en los capítulos de la lucha por el derecho a la educación pública, gratuita y de calidad.
El orgullo de quienes estudiaron, estudian y trabajan en y para la universidad pública les atrincheró como un gran paraguas multicolor contra la lluvia y les encontró unides bajo la denuncia al desfinanciamiento de la educación superior.
Más de 350 mil personas ocuparon las calles exigiendo salarios dignos para les docentes y no docentes, así como el rechazo al feroz recorte en ciencia y tecnología, sumado a la proclama en contra del vaciamiento del presupuesto universitario.
Retomando a Hannah Arendt, la multiplicidad de los cuerpos unidos a una particular discursividad comenzó a adueñarse de la escena pública. La cercanía del Abrazo con la marcha nacional, realizada al día siguiente, contribuyó a inaugurar un hito en la consciencia colectiva en defensa por la educación pública y el proyecto universitario que encarnan universidades como la UNSAM.
A través de la revuelta estudiantil y la agitación de los cuerpos, finalmente se logró- al menos momentáneamente- la suspensión de la resolución impuesta por la AABE.
Sin embargo, podemos pensar que, frente a un contexto hostil al entramado de lo público en todas sus manifestaciones, este es solo un punto de acumulación en una larga marcha, quedando un extenso camino por transitar.
¿A modo de conclusión?
La disputa entre la lógica mercantilista y la lógica comunal devino en unión y movilización de los cuerpos pertenecientes a nuestra comunidad educativa. Nos enfrentamos al orden policial que intentó e intenta reordenarlos, redisciplinarlos y silenciarlos.
Como consecuencia inevitable, emerge una subjetivación o, en otras palabras, una identidad que se desmarca de la impuesta por el orden policial, que condensa tres órdenes conceptualizados por Ranciere en su obra: el orden de lo visible, lo pensable y lo posible. Es entonces que nos cuestionamos y planteamos el interrogante (proyectando a futuro esta disputa política que aún no se ha cerrado por completo): ¿Existe la posibilidad de una vuelta atrás si tomamos como referencia el hito de consciencia colectiva y movilización generado en este último tiempo por la Comunidad UNSAM? ¿O acaso si volviera a emerger un nuevo conflicto, retornaremos a una especie de “foja cero”, padeciendo en profundidad las estrategias de dominación que intentan disolver el punto de acumulación y la acción colectiva?
“Cuando era un niño amaba la palabra sociólogo. SO-CIÓ-LO-GO. Había algo en esa palabra que me fascinaba. Seguramente era su carácter ambiguo, irresoluto, escurridizo y subterráneo. Espero nunca poder dar una respuesta certera a esa pregunta, para seguir fascinado con ella. La fascinación devenida en motor de deseo. (…)
(…) ¿De qué te recibiste pibe? De contestador de preguntas incontestables o de formulador de preguntas.
(…) Me sonrío mientras paso la última filmina, un silencio corto me arrebata una lágrima espesa, la dejo correr sin vergüenza. Ella se pierde en el pómulo, me increpa el sonido de un aplauso mientras en mi cabeza retumba esa palabra que tanto me fascina “Sociólogo”.
Microrrelato de Julián Quintana, graduado de la Lic. en Sociología UNSAM.