Luego de un año de arduo trabajo, teníamos sobre la mesa un sinfín de reflexiones sobre los resultados del Primer Encuentro de Estudiantes IDAES: allí nos propusimos reflexionar acerca de los límites, las tensiones y las implicancias del “saber experto” y del “saber del sentido común”. Estábamos de acuerdo en que este espacio reconocía la relación existente entre la vida académica y su territorio, sin embargo, nos sentíamos incómodos con esa premisa concluyente. Quedaba profundizar ese debate para repensar(nos) en nuestro quehacer académico y experiencial, es decir, cuestionar colectivamente qué hacemos con lo que sabemos.
La apuesta de esta edición era, en primera instancia, ampliar la Comisión Organizadora, lograr que nuestros compañeros ingresantes y representantes de organizaciones sociales se sumaran a la construcción de este proyecto. Así surgió un compromiso semanal que nos desafiaba a problematizar cada propuesta que aparecía, intentando romper con el modelo de jornadas convencionales para generar espacios que principalmente nos enfrentaran al debate y nos aseguraran un encuentro plural. Tal vez, sin contrariar la lógica académica sino buscando ampliarla, lograr que cada conversatorio o grupo de trabajo se acercaran más a una charla de café entre amigos.
El producto final contaba entonces con dos grupos de trabajo, compuestos por ponencias de compañeros de la UNSAM, y seis conversatorios cuyos ejes temáticos giraban en torno a: economías populares; la relación entre universidad, territorio y desarrollo; la basura y sus múltiples sentidos; diversidad y género; seguridad social, democrática y popular; y, por último, qué hacemos con nuestras carreras. Y a ese mix de actividades (desarrolladas en tres días), se sumaba la presencia de organizaciones que, por fuera del ámbito académico, nos acercaban a nuevas perspectivas: fueron los casos de La Garganta Poderosa y La Negra del Sur.
El esfuerzo daba sus frutos y nos aseguraba no sólo un repertorio variado, sino también un grueso grupo de asistentes que provenían de experiencias diversas. No se ausentaron nuestros compañeros de cursada ni los docentes de la casa, pero sí fue una sorpresa compartir el espacio junto con el Bachillerato Popular 19 de diciembre, el Movimiento Evita, alumnos de UTN Avellaneda y representantes de Unidades Académicas de la UNDAV (Universidad Nacional de Avellaneda), la organización civil Nuevo Concepto Penal. A todos ellos les agradecemos profundamente su participación.
El panorama nos había asegurado un éxito indiscutible, el esfuerzo colectivo dio sus frutos. Pero, retomando las bases de nuestro proyecto, ya nos espera una nueva mesa con un sinfín de reflexiones para arrancar la organización del Tercer Encuentro de Estudiantes IDAES… ¡claramente apostando a mucho más!
muy buenoooo