¿Qué tienen en común un pañal usado, restos de una caja de pizza y una cápsula de café? Para el ojo (y las manos) del antropólogo, mucho. Porque la cultura es símbolo y materialidad, estudiantes de la cátedra Antropología Aplicada, a cargo de la Dra. Andrea Mastrangelo, decidieron ensuciarse un poco y comenzaron a indagar lo que los desechos dicen de nuestras prácticas sociales cotidianas. Así, simularon una consultoría en asesorar sobre la generación y acopio del Campus Miguelete al programa ecoUNSAM. Demanda ficticia pero clave en una universidad pública ubicada en el distrito con el mayor relleno sanitario activo del país, donde un gran sector de su población subalterna vive de comercializar materiales reciclables.Incorporar los conocimientos al practicarlos, aprender haciendo es tan simple que parece inalcanzable. ¿No es esto el corazón de cualquier oficio?

La producción de conocimiento no es un proceso acabado en donde ya sabemos cuál será el final de la historia. En lugar de ello, muchas experiencias etnográficas nos hablan de cómo el saber es un proceso de construcción que se va recreando en la práctica, en la interacción y en el diálogo con los otros y con uno mismo en el campo de estudio.

Haberlo leído no es haberlo aprendido. Consumimos las perspectivas pero no las vivenciamos. Al vivenciarlas las emociones confunden la razón. La incertidumbre y la perplejidad nos abren la puerta para aprender. El proceso de aprender haciendo nos trae dudas, nos sentimos perdidos y no sabemos adónde saldremos disparados. Así lo reconstruyó Geraldina, una estudiante   al final de la cursada:

Todos y cada uno atravesamos la materia disfrutándola pero en una gran nebulosa, donde todo el tiempo estábamos buscando la guía de qué tener que hacer Incluso cuando estaba haciendo la arqueología los primeros 20 minutos nos pasaba que nos mirábamos y decíamos: esto que estoy haciendo lo estoy haciendo mal.”.Solo dejándonos atravesar por la experiencia, jugando el juego del hacer, podemos tomar esa incertidumbre no ya como un obstáculo ni como algo negativo, sino como un ir y venir del proceso de construcción de conocimiento. Es un principio incierto e inabarcable en el que de a poco las partes del todo van tomando forma y sentido en los registros. Así lo expresó María Soledad entre mates, budines y risas:La cultura es símbolo y materialidad. Pensar es actuar sobre ambas dimensiones de la cultura, preguntando lo obvio y vinculando lo disociado. En esa búsqueda, el resultado de investigación puede ser también un cuestionamiento a la realidad, a la materialidad de las palabras.Al principio me sentía un poco perdida no entendía muy bien lo que teníamos que hacer, pero a medida que pasa la cursada y cuando fuimos directo al campo ahí como que más o menos te vas acomodando”.En definitiva, dejar que el campo te enseñe es el oficio del antropólogo. Adquirir el oficio es el rito de pasaje de toda carrera universitaria implica el tránsito entre el consumo de conocimiento y la experiencia vital. Conocer nos transforma y transforma la realidad que vivimos. Al decir de otra estudiante:

Realmente podemos modificar la realidad social y vamos a ayudar a diagnosticar, sea quien sea la persona que quiera la investigación, pero podemos ayudar a modificar la realidad de algo y la relación social de alguien”. (Nahir).

La cultura es símbolo y materialidad. Pensar es actuar sobre ambas dimensiones de la cultura, preguntando lo obvio y vinculando lo disociado. En esa búsqueda, el resultado de investigación puede ser también un cuestionamiento a la realidad, a la materialidad de las palabras.

A Fernando le preocupaba explicar en su círculo íntimo ¿para qué sirve la antropología?:

A veces cuando estas estudiando desde afuera te dicen que es medio inútil y está bueno sentirse útil y ver que es efectivo nuestro trabajo”.En Tucson, el antropólogo Paul Mullins implementó la arqueología de la basura como forma de caracterización y patrimonialización museística de la cultura de consumos banales del siglo XXI. Desde su punto de vista, es preciso que los antropólogos sean formados en comprender como modernos datos arqueológicos lo que se tira a la basura, como un modo de asociar restos materiales y prácticas sociales, tanto como la vida social de los objetos recuperados.Ser útil, ser inútil, ser científico social. La propuesta de la materia es entender a la ciencia como práctica social, una práctica que disputa con la verdad y el poder, una práctica que es también un trabajo. La materia propuso realizar este aprendizaje en un marco de ficción: un supuesto pedido de consultoría del Programa ecoUNSAM. Alumnos y docentes mantuvimos la ficción de estar trabajando mientras aprendíamos.

Demanda ficticia pero necesaria en una universidad pública enclavada en el distrito con el mayor relleno sanitario activo del país, donde una parte importante de su población subalterna vive de comercializar materiales reciclables. Paradójicamente, la UNSAM es parte del problema y de las soluciones.Entre las técnicas de campo adaptadas con los alumnos durante el curso, se encuentra la arqueología de la basura. Luego de la investigación pionera en Tucson, el antropólogo Paul Mullins (Universidad de Indiana, Illinois) implementó la arqueología de la basura como forma de caracterización y patrimonialización museística de la cultura de consumos banales del Siglo XXI. Desde su punto de vista, es preciso que los antropólogos sean formados en comprender como modernos datos arqueológicos lo que se tira a la basura, como un modo de asociar restos materiales y prácticas sociales, tanto como la vida social de los objetos recuperados.

En la  UNSAM relevamos cinco variables de los objetos encontrados en los tachos de basura: tipo de artefacto, tipo de material que lo compone, fabricante, cantidad de unidades y peso del resto material (peso unitario luego agregado por tipo de material). En 2015 investigamos los tachos de basura comunes, sin clasificar. En 2016 nos centramos en el monitoreo de las nuevas Estaciones Ambientales (cuatro tachos coloridos distribuidos en todo el Campus que clasifican lo que se tira en cartón y papel, plástico-vidrio y metal, orgánico y restos). En esta última oportunidad reagrupamos en las planillas los materiales de cada bolsa en las categorías “bien separada” y “mal separada” según los criterios de separación propuestos por ecoUNSAM, calculando en gabinete los porcentajes de “bien clasificado” y “mal clasificado” en cada tipo residuo sólido.El 14 de junio de 2016 se acordó con el personal de mantenimiento que las bolsas de las Estaciones Ambientales no sean recogidas por 24 horas. El equipo de investigación las recolectó y etiquetó identificando su origen. Posteriormente con los alumnos se procedió a registrar en una planilla las variables seleccionadas diseccionando cada una de las bolsas de todas las Estaciones Ambientales del Campus. Para cada Estación Ambiental respondimos además ¿cuál es el artefacto más frecuente y cuál es el residuo orgánico predominante?

Ahora dejamos  de lado la ciencia y abrimos paso a la ficción. Con los materiales recuperados en las bolsas de cartón y papel de 3 Estaciones Ambientales desarrollamos relatos imaginarios que enhebran las prácticas sociales que llevaron esos restos materiales a las bolsas. Contestamos algunas preguntas y generamos otras creando ensayos narrativos surgidos de la contemplación de esas extrañas colecciones de artefactos. Hilvanamos así, de modo sucinto, las prácticas sociales y la perspectiva de los actores que colocaron ciertas “basuras” en los recipientes de reciclar papel y cartón.Pobre Pablo

Pobre Pablo, otra vez la mujer le enchufó el bebé de un año y se lo tuvo que traer al laboratorio. Se la pasa jugando debajo de la computadora, no lo dejan pasar a la zona donde están las mesadas. Y tienen razón, no es lugar para un bebé. Este encima ya come. Debe andar mal con la mujer porque no le manda ni vianda.

Otro día que falta la niñera y el jardín de infantes cerrado por la epidemia de gripe. ¡Si esto sigue así nos divorciamos y esto se termina! O no, tal vez sea peor si estamos en dos casas separadas. Si me voy tendría que alquilar. Pero venir a trabajar con el bebé al laboratorio es una locura, ¿cómo habrá hecho ella que lo cuidaba en casa y encima terminó el doctorado antes que camine? ¡Ahhh, este pibe que no para de gritar! Lo llevo un rato al parque y de paso almuerzo, él también debe tener hambre. Son las 12.

¡Me cago! Me cago, papá. ¡Me cago! ¡Te lo estoy diciendo con gritos! ¡Ni hablo, che! Este lugar no es para venir con chicos, no tiene el baño habilitado. Si subo, me van a cargar en la oficina y en el baño de hombres tampoco hay cambiador de bebés. Ma’ sí, lo cambio en una de las mesitas que está en el parque.

Miércoles 15 de junio de 2016 encontramos un pañal cagado, prolijamente empaquetado en un envase de algodón de farmacia en la bolsa de reciclaje de cartón y papel, Estación ambiental Comedor universitario. Los materiales acopiados durante 24 horas en esa bolsa fueron 712 gr, de los cuales el 99% estaba mal clasificado: además del pañal había servilletas usadas y vasos plásticos.Viceversa

El 15 de junio el mundo se pobló de colores. Mucho celeste en el 3ia. Volvió ella que se había ido de licencia por maternidad. Estuvo buena la idea de almorzar con los investigadores. Aunque hacía frío, no daba para celebrar almorzando sopita instantánea, ensalada con atún o huevo, un sándwich o una tarta. De pasada por Munro, compré unas cajas de ravioles y los hicimos hervir con un calentador eléctrico sumergible. Para rematar el jefe se portó: nos convidó café de su maquinita de cápsulas.No nos pusimos de acuerdo para juntar la plata y hacer una compra entre todos, sin embargo tuvo varios regalos. Es que la flaca se hace querer. Yo le compré ropita de algodón de una marca con licencia internacional: los pibes nacen una vez y mirá si le regalás algo de Once y sale alérgico.En la Arqueología de la basura del 15 de junio 2016, la bolsa de papel y cartón de la Estación Ambiental 3ia pesó un poco más de medio kilogramo. Incluía cajas de embalaje de caldos, sopas, cápsulas de café, huevos y ravioles, además de bolsas de regalo de ropa y juguetes de bebé.La secretaria se nota que es chapada a la antigua: le regaló zapatitos de badana. En los 70 ya estaban pasados de moda. Está cantado que el becario no tiene hijos ni un pibe cerca: le regaló uno de esos juguetes chinos que cuando entretienen a los grandes fastidian a los chicos, y viceversa.

En la Arqueología de la basura del 15 de junio 2016, la bolsa de papel y cartón de la Estación Ambiental 3ia pesó un poco más de medio kilogramo. Incluía cajas de embalaje de caldos, sopas, cápsulas de café, huevos y ravioles, además de bolsas de regalo de ropa y juguetes de bebé.Rojo

¡Qué mañana la de hoy! Análisis de sangre, gimnasio y en 45 minutos entro al trabajo ¡Uy, ay, ay, ay! me corté el dedo al abrir la lata de gaseosa. Terrible, ¡cómo sangra! Hoy es la segunda vez que veo mi sangre en menos de tres horas. Me envuelvo el tajo con un pañuelo, veo como el fluido rojo va atravesando el papel. No puedo parar, la sangre no para. Voy tiñendo el tapizado del auto de gotas rojas ¿Estaré con las plaquetas bajas? ¿A qué había ido al médico cuando me indicó el análisis?¡Cómo llena la pizza! Con dos porciones y una sopita tiré toda la tarde. Mañana vuelvo a la dieta. Ayer se me terminaron los cereales. Desde mañana vuelven el té, la sopa y el yogur. El verano regresa y no hay bikini que aguante.Miro al frente y veo el rojo del semáforo. Aprovecho y me cambio el pañuelo. En la otra cuadra, al lado de la pizzería hay una farmacia, mientras espero la muzzarella que perdí apostando con mis compañeros del IIB, paso y me compro una venda.Hablé con las chicas y me pidieron crema para manos y analgésicos para el dolor menstrual para el botiquín del laboratorio. Las manos se resecan de tanto lavarnos con jabón a la entrada y a la salida. Hasta los varones piden crema prestada, no dura. Llevo una buena que compré por catálogo, con mucho perfume.

¡Cómo llena la pizza! Con dos porciones y una sopita tiré toda la tarde. Mañana vuelvo a la dieta. Ayer se me terminaron los cereales. Desde mañana vuelven el té, la sopa y el yogur. El verano regresa y no hay bikini que aguante.

La bolsa de papel y cartón de la Estación Ambiental IIB acumuló en 24 horas medio kilo. En el 68% bien clasificado encontramos cajas de embalaje de desinfectante, cicatrizante, gasas y analgésicos, de cereales, de té saborizado, de mate cocido y de crema corporal. Entre lo mal clasificado estaban una caja de pizza y las servilletas usadas.Referencias:

Formaron parte de la cohorte 2016 los alumnos María Carra, Geraldina Cruz, Mariela Fiamingo, Nahir De Gatica, María Soledad del Río, Fernando Forestiere, Manuela Foronda, Gimena Iviglia, José Antonio López Turnes. Los testimonios citados fueron recogidos de una única sesión de evaluación de la materia, en el cierre de la cursada el día 22 de junio de 2016.

Bibliografía: 

Gorbán, Débora (2013) La vida social de los objetos recuperados. Nueva antropología, 26(79), 99-121. Recuperado en 07 de julio de 2016, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-06362013000200006&lng=es&tlng=es.

Lehmann, La Vergne (2015) The Garbage Project Revisited: From a 20th Century Archaeology of Food Waste to a Contemporary Study of Food Packaging Waste. In: Sustainability 2015, 7, 6994-7010; doi:10.3390/su7066994

Schank, Roger, Berman, T y McPhearson, K (1999) Learning by doing. In: Instructional Design Theories and Models. A new paradigm of instructional theory. Vol. II Reigelut, Ch. ed. Routledge. New York.

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