En el día de hoy se llevan adelante las elecciones presidenciales en EE.UU que determinarán si Donald Trump renueva su mandato, o si la fórmula demócrata Biden-Harris logra imponerse.
En este contexto, Márgenes dialogó con el doctor en Ciencia Política por la Universidad de Pittsburgh y docente de la UNSAM, Juan Negri sobre su perspectiva acerca del acontecimiento que mantiene en vilo al mundo entero.
M: ¿A qué estados debemos prestarles atención en la jornada de hoy?
JN: Hay varios estados competitivos que son los que pueden determinar al ganador. Si hubiese que mirar un solo estado, yo miraría Pennsylvania. Tiene muchas probabilidades de ser el estado que determine quién es el ganador. Otros estados del medio oeste, como Michigan y Wisconsin, también son importantes, pero en este momento Biden tiene una ventaja bastante clara. Estos tres estados votaron por Trump en el 2016. En Michigan y Wisconsin hoy la ventaja de Biden es bastante clara y en Pennsylvania es clara pero no abrumadora. Entonces estos tres estados son clave: Pennsylvania porque tiene buenas chances de ser la que determine la elección y Michigan y Wisconsin son importantes porque si vemos que Trump está haciendo una muy buena elección en estos dos estados quiere decir que la noche va a estar muy complicada para Biden. Así mismo hay otros estados muy competitivos que suelen ser los que definen la elección y a los cuales habría que mirar: yo diría Florida y Carolina del Norte. En estos Biden también tiene una ligera ventaja. Otros estados tradicionalmente más difíciles para la candidatura de Biden, como Georgia, Arizona, Ohio o Texas, también es importante tenerlos en cuenta: ahí es probable que gane Trump, pero si Biden hace una buena elección en estos estados posiblemente sea una buena noche para el.
M: En caso de ganar Trump, este sería su último mandato. Si pierde, aunque con una base sólida, su figura puede resultar dañada. En ambos casos, el partido Republicano deberá comenzar a barajar nombres de cara al futuro. ¿Cuenta la estructura republicana con la renovación que se observa en el partido Demócrata?
JN: El partido republicano, como todo partido oficialista, una vez que su candidato sale de la casa blanca comienza una fase de introspección en la que se hacen algunos balances. En este sentido, es posible que deba replantearse el grado de apoyo que le prestó Donald Trump, y si van a haber figuras que no estén asociadas al mandato de Trump que puedan encabezar la renovación. Otro elemento importante es que el partido republicano muestra mucha menor diversidad en términos de su liderazgo político que el partido demócrata. El partido demócrata muestra muchos candidatos minoritarios mientras que el partido republicano, por el momento, es un partido bastante blanco y eso lo aleja de las bases del país, lo hace un partido minoritario en términos de lo que implica el resto del país. Obviamente algunas figuras como Ted Cruz o Marco Rubio parecen haberles pasado ya el cuarto de hora, por lo que es probable que deban aparecer nuevas figuras en el partido: una posibilidad es Nikki Hayley.
Otras figuras del partido republicano que podrían encabezar una renovación son una serie de figuras jóvenes en el congreso como en algunas gobernaciones que, a futuro, podrían ser prometedoras. Pienso en el senador por Missouri George Hollie, en el senador por Arkansas, Tom Cotton, en el gobernador de Florida Ron DeSantis, en el gobernador de New Hampshire, Chris Sununu. Todas esas figuras son relativamente jóvenes y podrían encabezar una renovación, pero también es cierto que faltan cuatro años y falta mucho. Tal vez, el principal problema que veo en estas figuras es el hecho de que tienen poco contacto con la diversidad demográfica que hoy implica Estados Unidos.
M: En el caso de una eventual victoria demócrata, lo más probable es que se busque judicializar el resultado electoral. ¿Crees que hay margen social para ello teniendo en cuenta la gran polarización que se observa en EE.UU y la participación récord que se espera (que en teoría beneficiaría a los demócratas)?
JN: Lamentablemente hay probabilidades de que el proceso electoral encuentre algunas complicaciones. Muchos estados se definen por pocos votos y existe la posibilidad de que haya impugnaciones, supresión del voto, pedidos de recuento, problemas en las estaciones de votación y es muy probable que incluso eso llegue a instancias judiciales o que las legislaturas tengan que definir quienes son los ganadores. Dada la alta polarización que hay hoy en la sociedad estadounidense, esto podría generar problemas y, de hecho, en algunos estados se anticipan conflictos de violencia. Así que, lamentablemente, existe una alta probabilidad de que en la noche de hoy no tengamos un ganador claro.