El comité editorial de Márgenes dialogó con Alejandro Frenkel (Dr. en Ciencias Sociales por la UBA y Coordinador Académico de la Maestría en Relaciones Internacionales de la UNSAM) sobre la crisis política que atraviesa Perú, los puntos para entender la coyuntura y los posibles escenarios de cara a las elecciones 2021.
M: Perú vió desfilar 3 presidentes en 5 años. Pero a diferencia de sus predecesores, el ex mandatario Martín Vizcarra goza de respaldo social. ¿A qué se debe esto? ¿Se puede decir que hay una larga crisis de gobernabilidad en Perú?
AF: Creo que Vizcarra supo conjugar la imagen de un político, de alguna forma tradicional, dentro de la corporación política, pero que no seguía los intereses o dinámicas propias de esa corporación. Yo diría que, en ese sentido, el hecho de que durante su mandato, a pesar de haber sido electo por la renuncia del presidente, lo que le dio mucha popularidad fue enfrentarse al congreso, dominado por el fujimorismo en ese momento con un fuerte rechazo a la población sobre todo el hecho de haber impulsado algunas reformas, que ninguna pudo ser implementadas como una reforma política y una reforma judicial, también en menor medida una reforma educativa, que mostraron de alguna forma a un político que venía de la política tradicional pero que tenía una agenda rupturista para tratar de romper el status quo de la política peruana y en menor medida la economía.
Es una larga crisis, desde luego. Si se fija en el propio Fujimori que renunció desde Japón y a partir de allí todos los presidentes que sucedieron en Perú tuvieron presidencias complejas, muy convulsionadas, de hecho todos fueron investigados por casos de corrupción. Algunos están presos como el caso de Toledo; otros se suicidaron como Alan García; Vomala está siendo investigado y PPK (Peruanos Por el Kambio) está siendo destituido, con lo cual, si. Esto me parece parte de una larga crisis.
M: ¿Cuáles son los puntos que explican la inestabilidad del sistema político peruano? En esta inestabilidad, ¿Qué incidencia tuvo el parlamento a lo largo de los años?
AF: Algunas claves tienen que ver con un diseño institucional en el cual el congreso tiene atribuciones por sobre el presidente. Al mismo tiempo el presidente tiene atribuciones sobre el congreso, como por ejemplo, la posibilidad de disolución, lo cual alienta los conflictos entre el ejecutivo y legislativo. Además esto está potenciado por un sistema de partidos cada vez más fragmentado con poca disciplina partidaria, poca construcción partidaria. Son más plataformas o marcas que se alquilan para las elecciones.
Los legisladores salvo algunas excepciones responden más a intereses individuales que a alguna cuestión partidaria lo cual hace que también sea difícil negociar y establecer acuerdos en el marco del congreso. Este sistema semi- presidencialista que tiene Perú, un poco particular, creo que también influye en esta inestabilidad. Y el rol del parlamento, de hecho existe un concepto que es el obstruccionismo para usar el rol que tiene el congreso peruano en términos que tiene para frenar políticas.
M: Perú es uno de los países que más se vio afectado por la pandemia con una alta tasa de mortalidad en relación a los demás países en América Latina ¿Cuál crees que fue la incidencia de este fenómeno en la coyuntura?
AF: Si, sobre un terreno que ya existía de descontento general, de distanciamiento, casi fractura, entre los sectores políticos y buena parte de la sociedad. Con la pandemia esto se aceleró teniendo en cuenta que Perú tiene un alto grado de informalidad en la economía. Con lo cual eso tuvo un fuerte impacto en los sectores más bajos de la población peruana. La alta mortalidad que tuvo el virus también tuvo un efecto de mucha deslegitimación de los sectores medios y altos hacia las políticas de salud. Este descontento viene de antes pero la pandemia lo aceleró.
M: ¿Qué fuerzas políticas pueden posicionarse competitivamente de cara a las elecciones del 2021? ¿Cuales son los posibles horizontes de esta crisis institucional?
AF: Es difícil pensar qué fuerzas políticas se pueden posicionar. Sobre todo porque vienen siendo muy eclécticas. No hay muchas fuerzas que se sostengan en el tiempo: el fujimorismo era una de ellas, pero luego de la última elección donde se disolvió el parlamento tuvo una muy mala elección. Con lo cual es difícil. Me parece que los partidos, que tal vez puedan capitalizar en las elecciones para las que falta muy poco, van a ser los que muestren una agenda que propone romper con el status quo. Los que mejor interpreten estas protestas que se inciarion ahora, aunque tampoco descarto que pudieran ganar lugares sectores mucho más conservadores como el Frepap, un partido evangelico al que le fue muy bien en las últimas elecciones. Así que es difícil pero me parece que van a ser castigados quienes no muestren alguna agenda distinta.