Este dossier vuelve sobre algunas discusiones vinculadas con el actor empresarial nacional, los sindicatos y los límites viejos y nuevos de los proyectos industrializadores. Para enriquecer estas discusiones visitamos, justo frente a nuestro campus, la empresa Escorial.
La empresa sufrió en carne propia la crisis de 2001 y un crecimiento muy significativo durante la década siguiente, llegando a una producción de 22.000 cocinas por mes.
El recorrido transcurre con relatos vívidos sobre lo que consideramos los límites de la denominada burguesía nacional: Alemania, Hungría, Suiza… se vuelven omnipresentes en la descripción del proceso productivo, también los países desde los cuales se importan piezas, y en conjunto nos permiten dimensionar la escala de la subordinación del proyecto industrializador.
Siguiendo esta línea de discusiones proyectamos Gelbard, el último burgués y debatimos el documental en el aula con la visita de Marcelo Papir, representante de la agrupación empresaria La Gelbard de San Martín. Finalmente realizamos un encuentro con los delegados de la empresa EMFER e integrantes de la comisión directiva de la UOM San Martín que nos permitió analizar las tensiones propias de la relación entre idearios políticos y entre bases y cúpulas sindicales.
Los escritos que siguen se adentran en el campo de dilemas de una coexistencia compleja: la de la burguesía nacional y el activismo sindical en las fábricas. Gelbard, ya en 1954, en la apertura del Congreso de la Productividad y el Bienestar Social lo había formulado con contundencia: “es intolerable que un delegado toque el silbato y pare la fábrica”.