Es frecuente el uso de la palabra “comunidad”Utilizamos las comillas para dar cuenta de palabras expresadas por nuestrxs interlocutorxs a lo largo de nuestras investigaciones. para referirse a lxs migrantes chinxsLa decisión de utilizar “x” en este artículo persigue el objetivo de visibilizar el monopolio del género masculino en el lenguaje, e intentar hacerlo más inclusivo. Entendemos que el género gramatical con el que alguien se refiere a sí mismx y con el que le tratan lxs demás, sí tiene una inmensa trascendencia social e identitaria. en Argentina. Sin embargo, esta categoría encierra una trampa: la tendencia a considerar que todos sus miembros son semejantes. Si bien pueden encontrarse pautas culturales, orígenes, idiomas y prácticas comunes, existe también una serie de heterogeneidades. Estas diferencias nos acercan más a una idea de cultura china en plural, conflictiva, dinámica, cambiante, y nos aleja de una concepción estática y armoniosa en todos sus aspectos. Entonces, ¿cuáles son las principales heterogeneidades de las que podemos dar cuenta en la diáspora china?Desde diversas disciplinas y temáticas las autoras se han acercado a las migraciones chinas en Buenos Aires. Delmonte desde el análisis de las tradiciones alimentarias y su rol en la construcción de las identidades en contextos migratorios (rominadelmonte@gmail.com). Sartori está realizando su doctorado en Lingüística y trabaja las políticas lingüísticas llevadas a cabo por lxs migrantes y por el Estado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para el mantenimiento o aprendizaje del putonghua (sartori.florencia@gmail.com). Denardi analizó las transformaciones acontecidas en la diáspora china de Buenos Aires debido al refuerzo de las relaciones entre ésta y el Estado chino (lucianadenardi@gmail.com).La llegada de migrantes chinxs a Argentina data de más de 100 años. Sin embargo, los contingentes previos a la década de 1970 eran muy pequeños y en su mayoría continuaban su proceso migratorio hacia otros países como Brasil y Estados Unidos. A partir de 1980 aproximadamente, comienzan a llegar migrantes, no de la República Popular China, sino desde la isla de Taiwán. Las familias taiwanesas escapaban del miedo a la guerra y la expansión de la República Popular China (RPC) sobre Taiwán. Otras dos razones eran la alta densidad poblacional de la isla y la búsqueda de lugares más seguros y menos contaminados que mejoraran su calidad de vida. Estxs migrantes traían dólares estadounidenses en una etapa de devaluación del peso en un 400% (González Lebrero, 2011: 136Ver GONZALEZ LEBRERO, Rodolfo (coord.) (2011): Estado y sociedad en el largo siglo XX. Argentina, 1880-2000. Buenos Aires: Biblos.), lo que facilitó la compra de inmuebles y la instalación de comercios. A mediados de los ‘90, la cantidad de taiwanesxs se calculaba en 25.000 personas (Pappier, 2011). En el marco del Plan de Convertibilidad comienzan a llegar chinxs de la RPC. Sin embargo, la crisis de 2001 generó que muchxs se dirigieran a otros países o volvieran a sus lugares de origen. La reactivación que comenzó en 2003 y la promulgación de la nueva ley migratoria en 2004 fueron grandes alicientes para una nueva ola de migrantes chinxs hacia Argentina. En 2014 diversas instituciones de lxs migrantes calculaban la presencia de 12.000 taiwanesxs, 200.000 chinxs registradxs y 100.000 más no registradxs (Denardi, 2017)Ver DENARDI, L. (2017): Migraciones chinas y taiwanesas en Buenos Aires. Estado, organizaciones y rituales. (Tesis doctoral) Universidad Nacional de General San San Martín, Buenos Aires..En 2014 diversas instituciones de lxs migrantes calculaban la presencia de 12.000 taiwanesxs, 200.000 chinxs registradxs y 100.000 más no registradxs (Denardi, 2017).Buena parte de lxs provenientes de la RPC de esta última ola provienen de la zona sur este, más específicamente de Fujian. En algunos trabajos consultados (Chu, 2006Ver CHU, Julie (2006): “To Be `Emplaced´: Fuzhounese Migration and the Politics of Destination”. En: Identities: Global Studies in Culture and Power, 13:395–425.; Pieke, 2004Ver PIEKE, Frank (2004): Chinese Globalization and Migration to Europe. En: The Center For Comparative Immigration Studies. Working Paper No. 94. University of California-San Diego.; Thuno y Pieke, 2005Ver THUNO, Mette y PIEKE, Frank (2005): Institutionalizing Recent Rural Emigration from China to Europe: New Transnational Vilhges in Fujian. En: International Migration Review, Volume 39 Number 2: 485-514.) aparece la idea de la “cultura migratoria” de lxs habitantes de la región. Esta tendencia a buscar nuevos horizontes se alimenta desde el gobierno con una presentación de lxs migrantes como el modelo a seguir. Además, quienes quedan en el lugar de origen construyen una representación de quien migra como una persona “exitosa”, digna de imitar.En Buenos Aires es muy común asociar a lxs migrantes chinxs con una única actividad: el comercio y, en particular, el supermercadismo. Si bien es la actividad preponderante entre lxs migrantes, también es posible encontrar estudiantes, profesionales, y, en los últimos años, empleadxs expatriadxs de compañías chinas con filiales en Argentina. Es decir, el perfil socioeconómico y cultural de estxs migrantes es muy diverso.La saturación de supermercados en la Ciudad de Buenos Aires generó la apertura de comercios en otros dos rubros: la venta de comida por peso, localizados especialmente en zonas de oficinas, y los bazares o regalerías en las que se venden desde objetos de decoración hasta ropa y calzados.En el ámbito comercial, desde su llegada, lxs taiwanesxs instalaron almacenes, supermercados, verdulerías y casas de revelado de fotos que, en muchos casos, legaron a sus hijxs. Por otro lado, durante la década de los ‘90, proliferaron los restaurantes “tenedor libre”, propiedad de migrantes chinxs.Alrededor de 1995 comenzaron a abrirse los primeros supermercados que, a partir del año 2004, con el incremento de la migración, cobraron notoriedad por la gran cantidad de locales, precios bajos y largas jornadas laborales que incluyen sábados, domingos y feriados. Esta actividad es el principal medio de inserción económica de lxs migrantes chinxs y tuvo una consecuencia fundamental en la organización de la diáspora en Argentina: la dispersión urbana. La saturación de supermercados en la Ciudad de Buenos Aires generó la apertura de comercios en otros dos rubros: la venta de comida por peso, localizados especialmente en zonas de oficinas, y los bazares o regalerías en las que se venden desde objetos de decoración hasta ropa y calzados. Algunxs de lxs migrantes que instalaron estos negocios, con el correr del tiempo llevaron adelante ellxs mismxs el proceso de importación de los productos. En general, realizan tareas administrativas o se desempeñan como intérpretes y traductorxs. En su caso, se valora su bilingüismo chino-español y la posibilidad de funcionar como “puentes interculturales”.No hay cifras oficiales de cuántxs son lxs expatriadxs que trabajan en las empresas chinas radicadas en Argentina ─Conconi y Soffieto (2015)Ver CONCONI A. & A. SOFFIETO (2015): “Sombras chinas. El desembarco del gigante asiático”. En Anfibia, UNSAM. Recuperado de: http://www.revistaanfibia.com/cronica/sombras-chinas/afirman que son casi 1.000, pero otros autores estiman esta cifra en 5.000─, pero sabemos que su salario les permite vivir cómodamente en Buenos Aires. En estas mismas empresas también trabajan descendientes de migrantes o migrantes ─tanto de RPC como de Taiwán─ que vinieron a Argentina siendo muy jóvenes. En general, realizan tareas administrativas o se desempeñan como intérpretes y traductorxs. En su caso, se valora su bilingüismo chino-español y la posibilidad de funcionar como “puentes interculturales”.Por otro lado, en los últimos años en la Ciudad de Buenos Aires creció tanto la oferta como la demanda de cursos de “chino mandarín”. Podemos explicar este aumento teniendo en cuenta la posición geopolítica de la RPC en el mundo. Muchxs migrantes y sus descendientes se dedican, entonces, a la enseñanza de esta lengua. En muchos casos, han estudiado -en nuestro país- un profesorado en lengua inglesa o, incluso, en lengua y literatura. Una de las identificaciones más recurrentes entre estxs migrantes es la categoría “chinx”. Esta identificación puede contener múltiples sentidos. Por un lado, alude a la persona que proviene de zonas donde se reconoce la jurisdicción de la RPC, es decir, “chinxs continentales” o “de la RPC”. Por otro lado, se identifican como “chinxs”, aquellxs migrantes y descendientes que, aun proviniendo de zonas donde no se reconoce la jurisdicción de la RPC, se autodenominan así debido a que comparten con lxs “chinxs continentales” la realización de ciertas prácticas culturales.Se identifican como “chinxs”, aquellxs migrantes y descendientes que, aun proviniendo de zonas donde no se reconoce la jurisdicción de la RPC, se autodenominan así debido a que comparten con lxs “chinxs continentales” la realización de ciertas prácticas culturales.También existen algunas variantes a la categoría “chinx”, que implican una valoración moral respecto al grado de integración en la sociedad de recepción. El término “chinola” es usado para referirse a aquella persona que, aunque nació en Argentina, conserva sus costumbres y sus amistades son todas “orientales”. “Argenchinx”, en cambio, es la categoría de autoidentificación utilizada para designar a lxs descendientes de migrantes que logran combinar prácticas culturales consideradas “argentinas” con otras consideradas “chinas”. Por otro lado, algunxs migrantes que provienen de grandes ciudades como Shanghai o Beijing marcan cierta distancia con otrxs chinxs, principalmente con lxs que provienen de Fujian o de otras regiones más empobrecidas.En cuanto a las relaciones y diferencias entre las distintas generaciones de migrantes es fundamental considerar la injerencia del confucianismo en la cultura, las relaciones y el mundo social chino. Pese a los profundos cambios que China ha atravesado en el último siglo ─la revolución comunista, sus diversas etapas y reformas─, ciertos valores de las corrientes de pensamiento tradicionales continúan modelando la forma de pensar, sentir y actuar en China contemporánea, no sin ser puestos en tensión y renegociados en los distintos contextos.Ciertos valores de las corrientes de pensamiento tradicionales continúan modelando la forma de pensar, sentir y actuar en China contemporánea, no sin ser puestos en tensión y renegociados en los distintos contextos.En el plano de lo privado, las representaciones sobre la familia y la relación entre padres/madres e hijxs se ven, en gran medida, moldeadas por los valores confucianos asociados a la piedad filial, que consiste en un grupo de prácticas que expresan cuidado y respeto de lxs hijxs a sus progenitores, con el objetivo de retribuir el confort y la ayuda recibidas. Desde esta perspectiva, el individuo no es una unidad independiente, sino más bien un nudo en un largo hilo de ancestros y descendientes. En el modelo tradicional, la familia es extendida, cohabitan tres generaciones y el rol femenino se orienta a lo doméstico. Estos valores y representaciones sobre la familia, las relaciones entre las generaciones y los géneros son puestos en tensión durante el siglo XX en el contexto de los fuertes cambios históricos y sociales atravesados por China. Así mismo, el contexto migratorio propiciará el encuentro con configuraciones culturales con características diferentes, que tensionarán este modelo.Las diferencias y tensiones generacionales se expresan tanto en el plano íntimo o familiar, como en lo público e institucional.Las diferencias y tensiones generacionales se expresan tanto en el plano íntimo o familiar, como en lo público e institucional. Al interior de la familia, por un lado, aparece cuestionado el rol de la mujer que la ubica solamente en el rol doméstico y maternal. La educación, la profesión y la independencia económica son cada vez más valoradas por las mujeres. Por otro lado, también encontramos que se ponen en tensión las representaciones sobre la individualidad dentro de la familia. Por ejemplo, la elección de una pareja para contraer matrimonio o la elección del camino laboral son decisiones atravesadas por moralidades diferentes, e incluso muchas veces contradictorias.En el ámbito público encontramos que estas tensiones generacionales entre lxs migrantes y sus hijxs se ven reflejadas tanto en las formas que adoptan las actividades económicas y los modos de comerciar, como también en las características de las asociaciones migrantes. En el caso de las primeras, pese a la continuidad de ciertas prácticas tradicionales que jerarquizan el rol de las relaciones interpersonales en la concreción de los negocios, entre lxs migrantes más jóvenes cobran mayor relevancia las “formas más occidentales” basadas en el contrato. En cuanto a las asociaciones, como también ocurre en otros grupos migrantes, lxs miembros de la generación de lxs hijxs desarrollan nuevos espacios y proyectos colectivos de acuerdo a sus propias necesidades, reglas, formas de pensar y de hacer.La diáspora china en Buenos Aires es víctima de constantes embates discriminatorios que se reproducen en los medios de comunicación. A pesar de que estos discursos evidencian cierta percepción de las diferencias al interior de la “comunidad”, el prejuicio y la condena moral están presentes por igual, sea que se hable de lxs supermercadistas o de lxs empresarixs chinxs.Entendemos que exponer los diferentes matices, conflictos, procesos, historicidades, orígenes e identificaciones que surgen de una mirada atenta a la diáspora china en Buenos Aires, es fundamental para el inicio de una convivencia desprejuiciada. Sin embargo, no es suficiente. Es necesario construir herramientas que nos acerquen a la comprensión de esx otrx, al descentramiento de los juicios de valor y a la apertura hacia lo diferente. Esperamos que este artículo sea un aporte en ese sentido.

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