Parte de los adolescentes y jóvenes de José León Suarez no terminan la secundaria. ¿Por qué? ¿Qué universo situacional los envuelve? Pensarlos y pensar la educación en clave popular implica conocer la comunidad, sentir el territorio. Por esto,  docentes de la secundaria de la UNSAM, inaugurada en 2014, junto con sus estudiantes compartieron experiencias con referentes de organizaciones sociales, trabajadores, artistas y vecinos de los barrios del área Reconquista. También con estudiantes del CUSAM, con quienes hoy realizan proyectos. Todos esfuerzos colectivos y constantes por  el desarrollo de una pedagogía de los saberes situados y  de la libertad. Acá nadie se corta solo.La Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM fue creada en 2013 y abrió sus puertas para recibir al alumnado en marzo de 2014. La Escuela es producto de una decisión de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) en el marco del Proyecto Nuevas Escuelas Secundarias Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación. El proyecto se propone la inclusión educativa en el nivel medio de los adolescentes y jóvenes del Área Reconquista de José León Suárez.

La Escuela comenzó el año lectivo 2014 en aulas del Edificio de Ciencias Sociales del Campus Miguelete. En agosto de 2014 las instalaciones se mudaron a un edificio alquilado en el centro de San Martín, sobre la calle Bonifacini, donde hasta el día de hoy cursa la mitad del alumnado. En septiembre de 2016 se inauguró la primera sede de la Escuela en José León Suárez, la Casa UNSAM, donde actualmente cursan los años inferiores de la institución. Para 2018 se espera la inauguración del edificio principal de la Escuela, en el barrio 9 de Julio, en un terreno lindero al Camino del Buen Ayre.Pero, ¿cómo sabemos que aquello que creemos conocer sobre los adolescentes y jóvenes de Suárez es la realidad y no otra forma descontextualizada o academicista de describir las problemáticas de los barrios? Ya dijimos que nuestro objetivo fundamental es la inclusión, es decir, la inclusión, retención, promoción de aprendizajes, acreditación de saberes y terminalidad del nivel medio para los adolescentes y jóvenes de los barrios de José León Suárez. Y si deseamos esto debemos comenzar por preguntarnos qué factores llevan a que un adolescente de las barriadas populares sea expulsado, no aprenda y/o no termine la escuela secundaria. Las razones son muchas y muy diversas. Van desde las cuestiones estructurales y económicas, como la pobreza, los problemas de vivienda, la presión laboral, etc., a propias del dispositivo escolar, es decir, factores asociados a los formatos escolares, como la rigidez y la fragmentación curricular, el régimen académico, etc. Una serie de factores, que muchas veces se desconsidera pero que es fundamental, es aquella que la escuela secundaria enseña, los contenidos, saberes, capacidades o competencias, y su relación con la vida de los estudiantes. En el mejor de los casos aquellos temas son seleccionados y desarrollados a nivel nacional o de una jurisdicción educativa, aunque en muchos otros se importan modelos desarrollados en países del primer mundo, sin ser mediados por ningún tipo de contextualización.

En la Secundaria de la UNSAM estamos desarrollando una propuesta pedagógica de saberes situados. Queremos construir el currículum de nuestra escuela a partir del universo situacional de los adolescentes y jóvenes de José León Suárez, es decir, todas aquellas temáticas que configuran situaciones problemáticas de la vida cotidiana y que puedan ser abordadas desde los diferentes entornos formativos de la Escuela: aulas, laboratorios, talleres, patio, etc.Pero, ¿cómo sabemos que aquello que creemos conocer sobre los adolescentes y jóvenes de Suárez es la realidad y no otra forma descontextualizada o academicista de describir las problemáticas de los barrios? Desde la Escuela implementamos durante todo este año una metodología de conocimiento de la realidad en clave popular para habilitar las voces de los vecinos de José León Suárez en sus diferentes facetas: familias de la Escuela, estudiantes, referentes de organizaciones sociales, trabajadores, artistas, etc. En el mes de mayo nos reunimos los profesores: consensuamos algunos instrumentos y aspectos a tener en cuenta para el trabajo de campo. Al siguiente día salimos a visitar y a registrar las voces de más de 30 organizaciones y casas de familias de los barrios del área Reconquista. En el mes de julio, luego de elaborar registros exhaustivos volvimos a las mismas organizaciones y familias. En una tercera instancia, en el mes de septiembre, la Escuela convocó a todos los actores intervinientes para mostrar y abrir al debate aquello que habíamos recogido hasta ese entonces.La Escuela va a la escuela

“La cárcel ya es un capítulo en la vida de los pibes. Saben que en algún momento se van a topar con la cárcel. Hay que mostrarles que esa película no es de ellos. Trabajar qué sos, qué no sos, qué querés en la vida. Hay que contarles del capítulo de la cárcel. A mí no me lo contaron. Hoy es un deber para mí”.

Esta frase de Diego Tejerina, Sociólogo recibido del Centro Universitario de San Martín (CUSAM), expresa de manera inmejorable la razón por la cual elegimos al CUSAM como una de las organizaciones a las que debíamos consultar. El CUSAM viene caminando junto a la Escuela desde la creación desde esta última. Waldemar, Mario y Ángel han tenido relación con ella, acompañando trayectorias de alumnos, recibiéndonos en sus organizaciones o visitando la Escuela e incluso ejerciendo la labor docente. Un grupo de profesores ya había asistido un año antes, pero no había vuelto, lo que nos valió el primero de los reclamos.Desde la Escuela creemos que el CUSAM, sus estudiantes y graduados son informantes claves y partícipes de nuestra construcción. Ellos así se sienten y así lo expresan. Si aceptamos esto debemos asistir con frecuencia. Existen otras formas de comunicación, pero para juntarnos nosotros debemos dar el paso e ingresar al Penal.Cuando ingresamos al Pabellón nos dirigimos por los pasillos hasta el ingreso al CUSAM, donde reza la insignia “sin berretines, amigo”. Les contamos a los muchachos de nuestras intenciones, del proceso de construcción metodológica que veníamos desarrollando y abrimos el debate. Estuvimos casi 3 horas sin movernos de nuestros lugares más que para tomar notas y pasar el mate. En esta ocasión la charla se centró en la Escuela, la nuestra, y las experiencias escolares que ellos atravesaron siendo pibes. Las razones por las que las dejaron, los conflictos que allí se tejían y las otras alternativas que los chicos y chicas de los barrios tienen a su alcance. Los jóvenes que forman parte del CUSAM conocen los barrios desde lugares que nosotros no. Lugares, situaciones, sensaciones que nuestros alumnos atraviesan a diario y que ellos transitaron hace algunos años y que los llevaron a estar privados de la libertad. La experiencia del CUSAM, que ellos relatan en un principio llena de dudas, de temores, pero luego emancipadora, reveladora y colectiva nos ayuda a pensar a nuestros pibes desde la esquina, aquel lugar que según uno de los estudiantes del CUSAM configura un triángulo vicioso y muchas veces inevitable para los jóvenes de Suárez: la esquina, el basural y el penal.Nos comprometimos a volver. El argumento es muy básico, y a la vez muy complejo. Desde la Escuela creemos que el CUSAM, sus estudiantes y graduados son informantes claves y partícipes de nuestra construcción. Ellos así se sienten y así lo expresan. Si aceptamos esto debemos asistir con frecuencia. Existen otras formas de comunicación, pero para juntarnos nosotros debemos dar el paso e ingresar al Penal.

Volvimos un par de meses más tarde a compartirles un primer borrador del registro de nuestro grupo. Por suerte nos recibieron muchos más compañeros, por lo que la charla fue más plural y diversa. Algo muy interesante que surgió sin planificarlo es que el interés de los estudiantes del CUSAM sobre la Escuela se canalizó en este segundo encuentro en las experiencias que sus hijos están atravesando en la secundaria en la actualidad. En la despedida nos comprometimos nuevamente a volver, pero en esta ocasión asistir con algunos de nuestros estudiantes.Los pibes y las pibas hacen la Escuela

Siempre que en la Escuela hablamos de la cárcel y del CUSAM los pibes y las pibas se enganchan. Como dice la frase de Diego para muchos de los pibes la cárcel es un capítulo de sus vidas. De la propia vida o de la de un amigo o de un pariente cercano al que visitan o han visitado alguna vez.

Dos grupos de la Escuela han trabajado con la temática de la privación de la libertad en general y del CUSAM en particular, y visitar la experiencia dentro de la Unidad N° 48 se vislumbraba como un paso seguro de esos recorridos.

Los estudiantes de 5° año venían trabajando con un proyecto que se terminó llamando “No te salvas solo” y que estudió formas de organización colectiva ante la adversidad. Conocieron a Vera Jarach, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, visitaron experiencias sociales y culturales de organización en José León Suárez y recibieron la visita de Mario Cruz representando al CUSAM. El entusiasmo de parte de los chicos y chicas ante el testimonio de Mario y la invitación al Círculo de Estudios “Enseñar y aprender en el encierro” a realizarse en el CUSAM pusieron fecha a la visita de un grupo de estudiantes de 5°. Cinco estudiantes de la Escuela acompañados de algunos profesores presentaron a la Secundaria de la UNSAM en una ronda de experiencias de Educación Popular: tomaron la palabra, escucharon y debatieron sobre pedagogías y formatos escolares emancipatorios para los sectores populares.

Un grupo de 4° año, por su parte, está participando en el Programa Jóvenes y Memoria, un certamen de proyectos sobre Derechos Humanos que organiza la Comisión Provincial por la Memoria. El nombre del proyecto es Pedagogía de la Libertad: Un acercamiento a la experiencia educativa del CUSAM. El proyecto busca acercarse a la propuesta educativa en contextos de privación de la libertad, para desde allí pensar en las prácticas educativas de nuestro entorno. El proyecto pretende dar a conocer la experiencia del CUSAM desde la realización de una producción audiovisual, que acerque al barrio a sus diferentes actores sociales y permita transformar la mirada negativa que muchas veces se propone desde los medios masivos de comunicación. La idea original era producir en formato de micros documentales que puedan distribuirse por redes sociales, pero el trabajo desembocó en un cortometraje de ficción con tomas fuera y dentro del Penal. La jornada de filmación se concretó tras varios intentos fallidos la tercera semana de octubre, siendo una experiencia inolvidable para chicos y grandes.

Este tipo de iniciativas confirman la premisa de pensar en prácticas como una excusa para abrazarnos, para estar juntos, para hacer juntos. Las escuelas no pueden pensarse solas. Pensar una escuela es pensar a toda una comunidad, con todas las partes de esa comunidad, no siendo selectivo, sin cortarse solos, sin ser egoísta, sin berretines.

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